Ya lo había advertido el entrenador Israel Damonte antes del inicio de la temporada: «Quiero ver un equipo con corazón». En esa dirección declaró Lisandro López luego del triunfo con Atlético Tucumán: «Vengo a sumar desde donde me toque y a dejar hasta lo que no tengo para que el club que me dio la confianza se quede en Primera».
Promedia el primer tiempo y Licha pierde una pelota con el equipo volcado en ataque pero no se queda lamentando el pase errado. Corre, persigue, se traslada 50 metros como un perro de caza para alcanzar al rival, se tira al piso, le extirpa la pelota y la entrega mansa a su compañero, acción que despierta la ovación del Eva Perón, que otra vez como en el debut está con una buena presencia de público.
El partido avanza, El Verde no puede sostener más de tres pases seguidos la pelota y los envíos largos tampoco obtienen sus frutos. Banfield se apodera de la tenencia y además de tratarla bien propone intensidad y El Verde se acomoda. Ingresa Brea para hacer la banda izquierda y es más un lateral izquierdo que un atacante porque la posesión es del Taladro, pero corre para atrás y se tira a los pies de Urzi. El partido transcurre, el propio Brea iguala, y ahí el esfuerzo se redobla para apoyar al compañero, llegar a la cobertura: López corre 70 metros para cubrir el espacio que dejó Brea en la posición de «3», se tira al piso nuevamente, recupera y pasa, pero la pelota vuelve al poder de Banfield y entonces se activa otra ves en «modo defensivo». A Torres no le llega una con ventaja pero los persigue a todos. El contagio, parte importante del juego (para bien o para mal) surte efecto y el local no pasa sobresaltos aunque es dominado.
El partido toma ribetes impensados, comienza a jugar más lo emocional, entra Castet y mete un lateral/centro que termina en gol y todo el plantel arrincona a Mancilla sobre el alambrado (hasta Cabrera salta del banco para abrazarlo) para festejar lo que parecía la victoria, sin embargo el árbitro dice dos minutos más y la cosa termina en empate. Un empate que más allá de lo numérico evidencia un estado de ánimo de un equipo que deberá mejorar muchísimo en cuanto al juego pero que muestra lo primordial para dar batalla en la lucha por no descender: compromiso.
Texto: Federico Galván.
Foto: Mariano Morente.