El ciclo de Mario Sciacqua llegó a su fin

A partir de este lunes Mario Sciacqua no es más el técnico de Sarmiento. El club primero anunció una conferencia de prensa del técnico y luego emitió una información que daba por finalizado su ciclo de común acuerdo con la dirigencia.
La situación legó al límite este domingo. Central Córdoba, que estaba último en la tabla, venció al Verde, el público estalló en las tribunas insultando al entrenador y los dirigentes se juntaron para hablar con Sciacqua y evidenciarle su descontento con el ciclo y notificarles su intención de interrumpirlo, una decisión que ya estaba tomada desde hacía un buen tiempo aunque la falta de convencimiento y los resultados hicieron aletargar el final.
Entre otros partidos, el de Atlético Tucumán fue bisagra porque los directivos estaban decididos a echar al entrenador pero la victoria por tres a cero y el buen rendimiento del equipo le quitaron argumentos. Hubo otros momentos en los que quisieron prescindir de Sciacqua pero nunca dieron el paso. Acción que sí tomaron luego de dos derrotas consecutivas ante rivales que estaban en el fondo de la tabla.
La presente campaña, en números y comparada con el último paso por Primera División, es la mejor en cuanto a promedio de victorias (20PJ; 6PG, 5PE y 9PP); sin embargo el equipo nunca encontró una regularidad y a pesar de tener buenos partidos como el mencionado con los tucumanos, frente a Lanús, Colón o Aldosivi, nunca terminó de tener una identidad definida y a veces, más allá de los resultados (siempre importantes), lo que se necesita es identificarse con una manera de jugar. En ese sentido los 25 futbolistas que utilizó en diferentes oportunidades para jugar de titular hicieron dejar en el olvido aquella idea que indicaba que repetir equipo era sinónimo de que la cosa andaba bien.
Una de las muestras de los golpes de timón permanentes (que en otro momento le dieron beneficios temporales) fue el partido ante los santiagueños, donde varió desde el sistema hasta la características de los jugadores, sobre todo en el mediocampo, una y otra vez.
Asimismo, le costó tomar el protagonismo en momentos donde lo necesitó porque la sucesión de partidos ante Colón, River (repleto de cambios) y Lanús se expuso como tres rivales de jerarquía frente a los que era difícil competir, incluso el propio Independiente, sin embargo siempre quedó la sensación que le faltó audacia y en los partidos donde se suponía que debía hacerse cargo fue superado, salvo en contadas excepciones.
En el recuerdo quedarán los buenos rendimientos ante Atlético Tucumán, Colón, Lanús, parte del juego con Godoy Cruz, Aldosivi, Gimnasia y la inolvidable definición en la cancha de Unión de Santa Fe que le dio la cuarta estrella al club.
También se recordará su apego al trabajo, a los detalles, al compromiso que logró de parte de los jugadores y de todo el grupo de trabajo. Es bueno recordarlo, sobre todo ahora que hay que elegir a un nuevo entrenador, porque acaban de nombrar a Martín Funes pero de forma interina y conocemos historias pasadas donde esas características básicas brillaron por su ausencia.
Los números
El ciclo de Sciacqua culmina luego de 33 partidos jugados en Primera División con 8 ganados, 11 empatados y 14 perdidos. Si se exceptúa la campaña anterior, en la presente acumula 20 encuentros de los cuales triunfó en 6, igualó 5 y cayó en 9 sacando 23 puntos que lo ubican en la posición 18 del certamen.
Cabe recordar que el santafecino había llegado para suplir la intempestiva salida de Iván Delfino en plena definición de la Primera Nacional y logró el campeonato luego de dos triunfos, dos empates y la victoria por penales frente a Estudiantes de Río Cuarto en la recordada definición disputada en Santa Fe.

Texto: Federico Galván.
Foto: Mariano Morente.

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