Este 9 de julio, en un contexto especial, el Estadio Eva Perón cumple un año más de vida.
“¿Ha entrado usted, alguna vez, a un estadio vacío? Haga la prueba. Párese en medio de la cancha y escuche. No hay nada menos vacío que un estadio vacío. No hay nada menos mudo que las gradas sin nadie”, así comienza el texto de Eduardo Galeano, “El estadio”. Analogía válida para referirnos al cumpleaños número 69 del Estadio Eva Perón que por estos días extraña al pueblo Verde que colme sus tribunas.
Fue el 9 de julio de 1951 la fecha exacta en que este monumento de cemento se erigió como la insignia de una región ávida de fútbol y que tuvo un costo de $2.400.000. Aquel lunes por la tarde Racing, River y Vélez estuvieron presentes para festejar el acontecimiento que había comenzado el sábado previo con la celebración de diferentes actos entre los que estuvo un torneo de atletismo realizado en la por entonces pista de atletismo que rodeaba al campo de juego. La obra fue posible, en parte, por el aporte estatal que en ese momento tenía como presidente de la nación a Juan Domingo Perón y la revista Mundo Deportivo así lo reflejaba: “La obra estatal, en este nuevo caso, también estuvo presente, y el nombre de Eva Perón, unía al reconocimiento y la fe inspirada en el apoyo de un gobierno del pueblo y para el pueblo, la hermosa realidad progresista que es índice de un futuro más claro y venturoso”.
En la presentación fue descubierto el histórico busto de Eva Perón (restituido en el año 2019), aunque al no estar presente la homenajeada fue su hermana, Elisa Duarte Arrieta, quien lo descubrió. En ese momento el estadio tenía capacidad para 15.300 personas y para la propia revista era un “Moderno estadio, orgullo no solo para los sarmientistas, sino también para todos los juninenses. Si ello fue posible gracias al aporte infatigable de los que hacen legión en dicha institución, lo ha sido también en gran parte en virtud de la efectiva y noble labor del gobierno del General Perón en pro de la grandeza deportiva nacional y de la noble inspiración de la Primera Dama Argentina, Eva Perón, hija de Junín y abanderada de la justicia social…”.
Los años pasaron y luego de mucho tiempo “la casa del Verde” continuó embelleciéndose. Primero fueron las nuevas torres de iluminación, luego los palcos y cabinas de transmisión, más tarde la imponente tribuna cabecera y finalmente la salida del túnel, además de otras tantas remodelaciones para estar a la altura de un escenario de Primera División donde habitualmente también se disputa la Copa Argentina.
La triste imagen del fútbol sin gente por estos días se corresponden con el deshabitado Eva Perón pero como diría Galeano, solo hay que sentarse y hacer silencio, quizás cerrar los ojos, y emergerán los gritos de Coco Pelli, Miguel Álvarez, Luciano Lo Bianco, Héctor Cuevas, Pablo Magnín y tantos otros.
Más datos de la inauguración y fotos en esta nota: https://www.junindigital.com/nota/2015-7-9-a-64-anos-de-la-inauguracion-del-estadio-eva-peron
Cuando llega el 9 de julio inmediatamente uno piensa en independencias, fiestas patrias, chocolate caliente, actos escolares, escarapelas, libros de historia y tantas otras reseñas que nos refieren a la independencia de nuestro país, sin embargo los juninenses, los 9 de julio, tenemos en esa fecha otro acontecimiento histórico para la ciudad que no deberíamos dejar pasar, ya que el 9 de julio de 1951 se inauguraba el Estadio Eva Perón.
En este 2016 se cumplen 65 años de aquel “trazo vigoroso en nuestra historia deportiva”, como titulaba La Verdad y nos metimos en los archivos para celebrar un año más de un monumento imprescindible para la región que hoy intenta expandirse sumando una nueva tribuna.
La historia de este estadio comenzó a tener visos realistas cuando «el 20 de octubre de 1947 el Poder Ejecutivo de la Nación dictó los decretos números 32.557 y 32.558 por el cual, en el primero concedía un subsidio al Club Atlético Sarmiento de $600.000 y por el segundo se autorizaba un empréstito de $650.000 destinados a la construcción del moderno Estadio«. Más tarde, en 1949, y ante la necesidad de ampliación de algunas obras, se autorizó un nuevo desembolso de $1.150.000 por lo que en suma la inversión para la construcción fue de $2.400.000, compromisos que se terminaron de saldar en el año 1968.
Con el paso del tiempo el estadio sufrió algunas modificaciones, las más significantes fueron en estos últimos años con los palcos y un nuevo sector de plateas, pero originalmente “La capacidad del estadio según los planos ofrece la siguiente distribución: Plateas 600; tribunas oficiales 6.350 y tribunas populares 8.350 personas. Esto hace un total de 15.003, lo que da una idea de la capacidad práctica, por los espacios disponibles, amplitud del terreno desde el alambre olímpico a las gradas en toda su circunvalación; detrás de cada arco, etc., lo que puede albergar, en caso necesario, una cantidad considerable de miles de personas más, cómodamente ubicadas”.
Semejante acontecimiento para la época requería de una inauguración especial y los festejos se realizaron entre el sábado 7 y el lunes 9. El primer día se descubrió un busto de Eva Perón, pero la esposa del presidente de la Nación no acudió y su lugar fue representado por Elisa Duarte de Arrieta, hermana de quien le diera nombre al estadio. Ese mismo día se llevó a cabo un torneo de atletismo (la cancha contaba con la pista olímpica) del cual participaron “la calificada representación del Club San Lorenzo de Almagro que superó a su similar de River Plate por 89 puntos a 69”.
Como no podía ser de otra forma y como lo confirma el nombre del estadio, la política y el deporte siempre fueron de la mano. El gobierno de Juan Domingo Perón participó activamente de la construcción del estadio y en su inauguración la revista Mundo Deportivo cubrió el evento con crónicas y fotos que reflejaban la importancia a través de su línea editorial: “Junín tiene ya, el moderno y cómodo estadio que venía reclamando su categoría de ciudad progresista. La significación del hecho en sí, enmarcada por el apoyo popular y entregada a los afanes de un pueblo de verdaderos deportistas, adquiere por ello proporciones de grato acontecimiento…La obra estatal, en este nuevo caso, también estuvo presente, y en nombre de Eva Perón, unía al reconocimiento y la fe inspirada en el apoyo de un gobierno del pueblo y para el pueblo, la hermosa realidad progresista que es índice de un futuro más claro y venturoso”.
Pero en las instalaciones no solo sobresalía el estadio de fútbol. Las canchas de fútbol amateur, bochas, básquet y pelota a paleta permitieron que el domingo 8 continuara la celebración con otra jornada donde el público también acompañó en gran número presenciando “verdaderos duelos deportivos, alcanzando en todos ellos gran lucimiento. En fútbol amateur, en torneos reducidos de quince minutos cada uno, venció Rivadavia; en pelota a paleta, la pareja local del Frontón Peña Pelotaris de Junín hizo suyo el certamen, mientras que el fuerte conjunto de básquet de Racing de Avellaneda, logró el mismo título en su especialidad y el de Junín ‘A’ en bochas”. Todas estas actividades realizadas en el complejo de calle Arias y Necochea que contaba con las instalaciones necesarias para albergar a los distintos deportes.
El hecho adquiere mayor relevancia si tenemos en cuenta que El Verde por ese entonces no militaba en la Primera División, sino que en gran medida el gobierno puso sus ojos en la ciudad debido a las relaciones políticas que por caso tenían ciertos juninenses. Eva Perón y Juan Duarte son los más identificados con aquella época pero también lo fueron el mayor Carlos Vicente Aloé (gobernador de la Provincia de Buenos Aires), quien a pesar de no ser juninense pasó su infancia en Chacabuco; y el presidente de la entidad verde, Héctor Díaz, también en ese momento presidente del Banco Hipotecario Nacional. Sin embargo la política de ese gobierno peronista estaba fuertemente vinculada al deporte, basta con nombrar el Mundial 1950 de básquet, la histórica participación de los atletas argentinos en Helsinki 1952 y la realización del estadio Juan Domingo Perón-construido por la compañía GEOPE, la misma que llevó adelante el de Sarmiento-, de Racing (a través del ministro de Hacienda, Ramón Cereijo), como emblemas de la época.
En ese contexto fue que pudo ser posible la concreción del Estadio Eva Perón, que quedó oficialmente inaugurado el lunes 9 de julio de 1951, ante 20 mil espectadores que dejaron 50 mil pesos para la fundación “Eva Perón”, con los partidos entre Vélez y Sarmiento (reforzado por “valiosos elementos de entidades amigas”), que ganó el conjunto de Liniers por 5-0 y Racing-River (con el propio Ángel Labruna entre sus filas), que terminó empatado en 3. “La gentil visita de los tres cuadros porteños fue intensamente celebrada por el público de la progresista ciudad. Se les presentó la oportunidad –tal la impresión en las propias tribunas- de gustar de un espectáculo inolvidable. River Plate y Racing, tras dura lucha, con muchos pasajes de verdadera emoción, dieron brillo a un verdadero “clásico” que resultó empatado, justicieramente, en tres tantos por bando”. Pasaron 64 años de aquella tarde en que Elisa Duarte Arrieta, hermana de Eva que estuvo en su representación, diera el puntapié inicial.