Pasaron 20 años de la firma de su primer contrato profesional. Atravesó infinidad de canchas en diferentes categorías del fútbol argentino desde aquel inicio en Tiro Federal y en ese recorrido se encontró con Sarmiento en dos oportunidades: la primera para lograr esa importante estrella del 2012 que le permitió dar el salto posterior a la máxima categoría y la segunda para quedarse definitivamente hasta estos días. Yamil Garnier nació en Concepción del Uruguay pero Junín ya es parte no solo suya sino también de su familia y de eso hablan sus dos hijos, nacidos en nuestra ciudad. El capitán y referente de los últimos tiempos del Verde, que se puso la camiseta 196 veces (dato de Edgardo Gaude), le dijo adiós al fútbol jugado para intentar seguir vinculado desde otro lugar. ”Uno se acostumbra a una rutina que cuando no la tiene se siente extraño” afirma y extiende: “Más allá que haya pensado mucho la decisión no es algo que se deja de un día para el otro”.
-A fines del año pasado, en otra nota que hicimos, ya estaba en tu cabeza la idea del retiro, ¿En quiénes te apoyaste para tomar la decisión finalmente?
-La voz más importante es la de la familia. Es la que ha estado en los momentos duros, que son la mayoría. También es como que se unieron los planetas para que diga “basta” porque en esa nota que hacés mención te había dicho que mientras la cabeza y el físico me den iba a tirar hasta donde pueda…hoy la cabeza da pero el físico no está como hace un tiempo. Las rodillas me vienen jugando una mala pasada, tuve que parar un tiempo para rehabilitarme, ponerme ácido y no me ha aliviado y no me siento al 100 ni para mí ni para el club; entonces sumado a la decisión del club y de Fernando (Chiofalo) creí que era lo mejor.
-¿Fueron difíciles estos últimos dos años en los que te tocó jugar poco, independientemente del importante rol que ocupaste fuera de la cancha?
-Creo que si hay algo fundamental en mi carrera es que siempre he sido fuerte de la cabeza y ese ha sido el caballo de batalla, siempre sabiendo el rol que cumplía en cada momento. Con el correr de los años fui entendiendo mi posición y la del cuerpo técnico de turno: iba viendo adónde podía sumar, pero me hinchaba bastante no poder sumar minutos porque uno siempre quiere estar y siempre me entrené al máximo, a la par de mis compañeros, entonces me enojaba pero también entendía el lugar que ocupaba.
-Del costado del Garnier futbolista, ¿Hubieses preferido que el último partido no hubiese sido ese con Defensa y Justicia, o es el que tocó y listo?
-Es el que tocó. Cuando arrancamos la pretemporada, en diciembre, con el Huevo (Rondina) sabía que estaba muy bien, había hecho una muy buena pretemporada, ellos me lo habían dicho y sabía que en algún momento me iban a necesitar pero después tuve las fractura de las costillas, quedé relegado, volví, me sentía bien pero la rodilla siempre estaba presente. Pero son cosas que pasan y el destino quiso que sea así. En algún momento pensé en estirar la carrera, ir a otro lado a jugar seis meses para retirarme jugando pero lo lógico era llegar hasta acá y no forzar mi físico.
-¿Qué pensás que vas a extrañar más de ser futbolista?
-Todo. Las concentraciones. A mí me gustaba mucho concentrar, pasar tiempo con mis compañeros, tratar de sacar algo positivo a estar tanto tiempo fuera de casa en viajes largos. El día a día, levantarte para ir a desayunar, el cuidado, el preventivo, son cosas que no las voy a tener más. Sigo yendo al club y me siento raro porque no sé si estacionar del lado de los jugadores o de los dirigentes. Entro a la enfermería con timidez. Es todo muy nuevo y voy a estar aprendiendo todos los días de cuestiones que desconozco pero tengo bien en claro que soy un exjugador desde el día que tomé la decisión.
-Ese exjugador, ¿Qué recuerdos atesora para toda la vida?
-Hay infinidad de momentos. Obviamente los más importantes los tengo acá en Sarmiento porque de los 20 años de carrera la mitad los pasé acá. Me llevó recuerdos de todos pero del que más me llevo es de Sergio Lippi, allá por el 2011 cuando me convenció para venir y arrancamos una bella historia que hoy culmina conmigo en primera. En ese entonces haciendo la pretemporada en Maschwitz y hoy ver a Sarmiento en Primera División redondea un poco lo que fue mi carrera junto con la del club, que van de la mano.
Desde la llegada de Lisandro López a Sarmiento hay una imagen que se repite: Licha y Yamil compartiendo momentos y charlas. Ambos parecen haber congeniado por la personalidad que los emparenta y el exdefensor lo resalta.
-¿A qué se debe el buen vínculo que tienen con Lisandro López?
-Primero que Licha es una excelente persona. Un tipo muy humilde. Desde que llegó a Junín él se presentó y me dijo: “mirá Yamil, acá el guerrero sos vos, el lugar es tuyo”. Cada decisión que había que tomar venía y me decía: “vos sos el histórico, vos sos el capitán”. Desde un primer momento me di cuenta la clase de persona que es porque con la trayectoria enorme que tiene, venga acá y me de ese reconocimiento, cuando cualquiera se hubiese hecho el boludo…él mostró la humildad y su grandeza. Y a partir de ahí arrancamos una linda relación porque somos muy parecidos, muy temperamentales: él es muchísimo más calentón que yo. Al lado de él soy un lassie. La realidad es que yo siempre fui de frente y él ha valorado eso.
-¿Cuál fue la propuesta para seguir ligado con el club?
-La idea fue muy abarcativa pero todavía no hablamos de nada específico y particular. Cuando nos juntemos veremos qué es lo que quiere Fernando (Chiofalo) y qué me cierra a mí porque lo más importante es que le pueda dejar algo al club.
Papá futbolista
Thiago es el primer hijo de Yamil y Stella. Thiago atraviesa los doce años y mira absorto cómo su referencia ineludible en ese deporte que ama se despide de la actividad. Thiago nació y creció hasta ahora entrando a las canchas en los brazos de papá y sentado en una platea o en la casa viendo cómo su padre recorría los estadios del país. Eso que le sucedió durante 12 años de repente se esfuma y lo expresa en las redes sociales con un mensaje emotivo. “Hacía unos días que estaba raro porque para él yo era futbolista y le costó entender por qué no iba a jugar más…desde que tomé la decisión hasta que subí el posteo fue la única vez que me emocioné porque que te demuestre ese cariño hace que todo haya valido la pena”, reconoce Yamil.
Nota: Federico Galván.
Fotos: Mariano Morente.