La venda del Chaqueño

“Oh, no te vayas campeón, quiero verte otra vez…”, el sonido de ese canto tan tradicional en la década del 90 cada vez que un equipo salía campeón todavía resuena en la cabeza, unido a la imagen de la cabecera del Estadio Malvinas Argentinas repleta de hinchas de Sarmiento que habían viajado para firmar un ascenso que ya se había concretado con el contundente cinco a cero que había logrado en el partido de ida ante San Miguel. El Verde ascendía por primera vez a entonces Nacional B y luego del silbatazo final de Ángel Sánchez, que sentenció el uno a uno, gran parte de las más de dos mil personas que acompañamos al equipo de Mario Finarolli terminamos adentro del campo de juego para celebrar con los jugadores.
La carrera por conseguir una camiseta, un pantalón, alguna media o botín no fue lo necesariamente rápida para llegar a tiempo pero no era la idea principal. Lo más importante era festejar con el Vasco, Fideo, Dani, el Chiqui y todos esos héroes de pelo largo (la mayoría) que nos habían representado en ese torneo de la Primera B Metropolitana que se terminó escapando por dos puntos. Once fechas invicto en el arranque fue ilusionando al pueblo verdolaga a puro gol con el Potro Jorge Stranges intratable acompañado por un rico plantel que estaba nutrido en su mayoría por futbolistas juninenses. La seguridad de la zaga central compuesta por el Vasco Olavarriaga y Sergio Grossi; la presencia de Máximo Nardoni en la mitad y el mágico pie derecho de Cangialosi fueron la columna vertebral que tuvo a Alberto Salvaggio bajo los tres palos.
Tres camisetas eternas: la rosa, la blanca con vivos verdes, la verde; todas con la publi de Distrigar en el pecho, mangas largas y de marca Nanque; reliquias que hoy, 32 años después, muchos hinchas lucen con el pecho inflado como diciendo: “sabés que es esto que tengo puesto, ¿no?”. El pantaloncito corto, toda una marca de época. Las medias verdes con las vendas blancas encima: ese detalle entrañable que lucía el Dani con la diez en la espalda y corriendo en puntas de pie para acariciar la pelota con la cara interna: gol o pase gol.
Ese equipo inolvidable sumó 47 puntos, dos menos que el campeón All Boys (los dos partidos entre sí fueron empates). Fue el más goleador en las 34 fechas con 52 tantos (17 del Potro) y tuvo goleadas memorables, entre ellas un siete a uno frente a San Miguel, en los Polvorines.
La segunda colocación lo llevó a jugar el Zonal Sureste por el segundo ascenso y allí no falló: Desamparados de San Juan, Argentino Oeste de San Nicolás y finalmente el Trueno Verde quedaron en el camino con un detalle: definió las tres series como visitante. Fue el quinto ascenso en la historia de Sarmiento, el primero al Nacional B, aquella tarde gris, en San Miguel, que me llevé la venda del Chaqueño Morales.
Síntesis:
San Miguel 1: Cirrincione; Cerrillo, Taverna, Zaragoza, Cattaneo; Rolón, Giles, Almirón;
Viana, Artaza (Fabián Escujuri) y Chaldú.
Sarmiento 1: Alberto Salvaggio; Gustavo Vigorelli, Gustavo Olavarriaga, Sergio Grossi (Daniel Ponce), Ariel Giangualano; Gastón Merlo, Máximo Nardoni, Ernesto Pereira; Daniel Cangialosi (Julio Correas); Oscar Morales y Jorge Stranges. DT:
Goles: P.T: 28′ Daniel Cangialosi. S.T: 16′ Jorge Almirón.

Nota: Federico Galván.

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