Licha corazón, parte final

Hace casi tres años (10/02/2022) Lisandro López debutaba con la camiseta de Sarmiento y en este portal titulábamos “Licha corazón”, luego de la victoria ante Atlético Tucumán con un gol suyo. Pero la definición poco había tenido que ver con la actuación de aquella jornada y mucho con lo que irradiaba su presencia, algo que pudimos percibir durante toda su estadía en nuestra ciudad. La revolución que produjo su aura se plasmó tanto en el amor que le profesaban en las colas de los supermercados como en los números que crecieron exponencialmente, por ejemplo, en la venta de camisetas con el número 7.
Pasaron, como dijimos, casi tres años y la última función fue de blanco, el 13 de diciembre pasado. Todos podríamos pensar que tendría que haber sido de verde para ser ideal y no nos faltarían razones; sin embargo, esa hermosa camiseta blanca con el pantalón y las medias quedaron perfectas con los zapatos, en este caso botines. Elegante, para vestirse como para jugar, la magia de Lisandro López se ausentará a partir de ahora del Eva Perón y de las canchas del mundo. Licha decidió retirarse y el partido ante Banfield marcó el final de un viaje que quedará en el corazón del pueblo sarmientistas.
Su llegada para arrancar la temporada 2022 sorprendió, incluso cuando ya se hablaba de esa posibilidad. Asombró porque, independientemente de cuestiones personales, venía a cerrar una carrera maravillosa al Verde. Una trayectoria de ídolo en Racing, de selección nacional, de recorrer los grandes escenarios europeos. En esa marea de adulaciones y cuando el pueblo racinguista le pedía que se quedara a vivir en Avellaneda, el tipo apelo a su memoria emotiva de la infancia para recordar sus vivencias como hincha en el Cemento, yendo de la mano con su viejo, y se vino a poner el overol sin saber qué podía ocurrir. Pasó, de un año a otro, de pelear campeonatos a pugnar por no descender. De integrar un equipo protagonista a otro en el que le tocó dejar de lado su lucimiento personal (no es que antes no lo hiciera) en pos del equipo, para perseguir rivales, no tan ocasionalmente.
Acá, detrás del alambrado, conocimos al Licha completo: el amor propio de un futbolista de raza. Cada intervención suya en una jugada era un manual de procedimiento: tocar de primera o sostenerla cuando era necesario, amagar para engañar al rival, un pase sin mirar, un cambio de frente con la pierna menos hábil con la naturalidad de los cracks, una diagonal para librar a un compañero y la especialidad de la casa cuando se encontraba dentro del área o cuando enfrentaba al arquero. La definición, resumida en ese gol a Argentinos Juniors, tomándose hasta el último segundo para desparramar al arquero y picarla por encima de su cuerpo jugando con la desesperación del portero.
Tal vez podríamos haberlo disfrutado más pero aquella maldita lesión en septiembre de 2023 comenzó a precipitar este final de carrera.
No obstante, ese futbolista internacional en el que se convirtió también quedó evidenciado en cada sector del club en el que pudo intervenir. Ya en la nota que le hiciéramos en 2023 había contado que también le gustaba aportar afuera de la cancha en lo que el club le solicitara y allí mismo hizo referencia a la posibilidad de tener un comedor y no tan casualmente días pasados asistimos a la inauguración del restaurante “CASona”. Cuentan los que estuvieron cerca que desde las comidas a varias de las reformas que se hicieron en el Centro de Alto Rendimiento partieron desde la cabeza del ahora exdelantero, que volcó toda su experiencia de otras latitudes para mejorar las instalaciones y darle más herramientas no solo a sus compañeros sino también a los que vendrán.
Lo extrañaremos todos, los que disfrutamos su fútbol y su compromiso desde afuera como así también los compañeros. “Fue un orgullo haber podido compartir con él una cancha. Un sueño hecho realidad. Recuerdo que jugaba con él en la Play y después tenerlo como compañero fue algo increíble. Me dejó muchas cosas en lo personal y en lo profesional pero lo competitivo que era en el día a día nos hizo crecer y espero que otros compañeros se puedan llevar estas enseñanzas que me quedaron a mí”, el que dimensiona haber estado a su lado es Jonatan Torres y el que agrega es Gonzalo Bettini: «Soy de los que tienen suerte en el fútbol por haberse cruzado a tipos tan buenos, profesionales, excelentes personas como él. Agradezco su esfuerzo, su compromiso, su deseo incansable de querer ganar y su pasión».
Otro de los que atesora una relación que va más allá del fútbol es Federico Vismara, quien además coincidió con Licha en Racing y fue parte importante para la llegada al Verde: “Compartimos muchas concentraciones, muchos mates y ahí es donde conocí a la persona, más allá del talento que demostró dentro de una cancha, porque ahí mostró su humildad, lo transparente y lo apasionado que es por lo que hace. Ahora viene una nueva etapa para él que seguramente la va a afrontar con mucha pasión y humildad como todo lo que ha hecho en este deporte”.
Pero los que se beneficiaron directamente de tener a un personaje relevante del fútbol argentino dentro del vestuario fueron los más jóvenes y algunos de ellos lo aprovecharon para hacer un curso acelerado de futbolista. “Me sorprendió como persona porque ya como jugador todos lo conocíamos: verlo cómo se manejaba con los más jóvenes, las charlas, compartir vestuario, la verdad es que aprendí muchísimo a su lado y siempre lo voy a tener presente”, confiesa Federico Paradela.
No es casualidad que muchos destaquen ese desdeo, ese fuego interno por no conformarse y siempre buscar la perfección. Esa postura, por momentos cabrona, que se veía desde afuera no era otra cosa que la intención de exigirse y exigirle el máximo al de al lado para elevar la competencia.
“Tan jóven y tan viejo”. Licha se despidió y ahora afrontará esa paradoja con la que se topan quienes cuelgan los botines: tan “viejo” para jugar y tan “joven” para continuar viviendo la vida. ¿Dentro o fuera del fútbol?

Nota: Federico Galván.
Foto: Mariano Morente.

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