El interinato de Martín Funes al frente del primer equipo de Sarmiento será eso: un interinato. Así lo confirmaron varias fuentes entre ellas las del propio entrenador que le contó a este medio que le comunicaron que no seguirá conduciendo al Verde en Primera.
Por estas horas el candidato número uno a tomar las riendas del plantel luego del partido ante Argentinos es Israel Damonte, algo que también confirmaron fuentes dirigenciales que afirmaron que solo le falta la firma a ese acuerdo.
De esta manera se le pone fin a un «ciclo» que duró apenas cinco partidos. Con la excusa de ir por un entrenador que esté dentro del «sistema» los dirigentes no solo dejan pasar la oportunidad de tener a alguien que conoce al club y a los jugadores que hoy tienen minutos en Primera y que pasaron por sus manos. También se pierden la chance de contar con un DT audaz al que le hicieron rendir un examen de cinco partidos. Sí, cinco partidos. Parece un chiste pero a cualquier técnico, incluso al que venga, le harán contrato de un año. A Funes, responsable junto a otros formadores, de hacer debutar en primera a los Gondou, García, etc; solo 5 partidos (un mes).
En un examen parecido a una guillotina le tocó debutar con Boca y fue superado pero luego no solo estuvo a altura con Banfield, San Lorenzo y Talleres, pudo ganar con El Taladro, jugó un segundo tiempo frente al Ciclón de los mejores en la categoría generando más de seis situaciones y se plantó de igual a igual con La T, el segundo del torneo y finalista de la Copa Argentina. Inútil es hablar ahora de lo que pudo haber sido si en ese corto tiempo, sin elegir futbolistas, pudo hacer eso.
Independientemente de lo que pueda hacer Damonte en el club, la conclusión es simple y directa: a Funes nunca lo quisieron y en Funes nunca confiaron, solo lo pusieron para ver si la suerte lo acompañaba y los «resultados» lo obligaban a dejarlo. La rara ecuación que hacen algunos en torno a «los resultados» tiene que ver no solo con estos cinco partidos, hace un tiempo hablando con un dirigente soltó: «a mí me encantaría Martín pero hoy lo que necesitamos es resultados». Resulta oportuno explicar que el día que Sarmiento no necesite «resultados» no sucederá nunca. Por otra parte, ¿Damonte garantiza resultados? O dicho de una mejor forma ¿Quién garantiza resultados?
Texto: Federico Galván.