Sergio Rondina decidió dar un paso al costado y renunciar a su cargo de director técnico de Sarmiento. Empujado por los malos resultados el entrenador le comunicó su decisión a los dirigentes que la aceptaron y ahora deberán, nuevamente, comenzar la búsqueda de su sucesor en el medio del torneo.
A pesar de este final abrupto hubo un inicio y un transcurso que vale la pena analizar ya que difícilmente se pueda recordar un consenso tan general en la elección de un técnico como con el Huevo. Alimentado por su personalidad pero también apoyado en la pretemporada y ese primer partido amistoso que pudo presenciar el público ante Agropecuario, cuando arrancó el certamen todos mostraban su mirada positiva sobre el futuro inmediato. Dirigentes, hinchas y muchos de los que suelen estar en el entorno del club no solo veían a un cuerpo técnico trabajador sino que además se destacaban las buenas incorporaciones.
Sin embargo, ya en plena pretemporada (se lesionó gravemente Federico Paradela) Rondina alertó sobre algo que finalmente iba a ser como una profecía autocumplida. La dificultad que le podría llegar a generar la acumulación de partidos y la necesidad de contar con todos los futbolistas le fueron jugando una mala pasada que se vio reflejada en el campo de juego y el punto de quiebre fue el encuentro con Defensa y Justicia.
En todos los partidos el Verde tuvo buenos momentos y hasta muy buenos (como en ese primer tiempo ante el Halcón) pero sufrió demasiado los malos pasajes y en ese mismo juego quedó expresado y potenciado. Salió a la segunda parte ganando dos a cero y en 15 minutos (del 66 al 81) el visitante lo dio vuelta. Ese día algo también se quebró con los hinchas que le recriminaron al DT la inclusión de Yamil Garnier después de una larga inactividad y que se pronunció en el último como local frente a Lanús, ya sin la presencia de otro lesioando: Iván Morales Bravo.
Pero independientemente de esa cicunstancia el equipo ya venía mostrando desde el inicio que tenía momentos buenos y malos dentro de un mismo partido y que cada error lo pagaba muy caro, como sostuvo José Mauri en la última conferencia, y el juego con el Pirata fue una conjunción de esos aspectos.
El Verde arrancó el encuentro jugando de igual a igual, incluso siendo mejor que el rival porque había logrado las únicas dos aproximaciones y pudo ponerse en ventaja con una gran jugada colectiva; no obstante un error terminó con el uno a uno, otra falla se convirtió en el 1-2 y la tercera en el 1-3. Todo en apenas 11 minutos.
La cámara enfocaba a Rondina en el banco de suplentes y la cara expresaba una impotencia que evidentemente comenzó a advertirla como difícil de revertir porque cuando el estado de ánimo negativo de un equipo es repetitivo y contagioso todo se hace cuesta arriba y esto parece ser lo que decodifició el técnico para dar un paso al costado.
La carpeta de los entrenadores volverá a las manos de los dirigentes y los representantes comenzarán a martirizar los oídos para imponer a sus candidatos. Ya pasaron cuatro entrenadores en el último año y la lógica no parece ser la de mirar más allá de la tabla anual para elegir al próximo y otra vez cabe preguntarse si no es el momento de pensar un proyecto a largo plazo, independientemente de los efímeros resultados del corto plazo, para no estar parado siempre en el mismo lugar: el de elegir al próximo DT.
Nota: Federico Galván.
Foto: Mariano Morente.